viernes, 13 de agosto de 2010

SI PUDIERA...

Si pudiera pedir un deseo...soñaría con besar tu rostro y dejar en él todo el amor que desborda mi alma.

Si pudiera pedir un deseo...andaría una y mil veces el camino que, un día, me dejó ante tí.

Si pudiera soñar despierta...tomaría tus manos en las mías y volaríamos juntos en la eternidad de mi sonrisa.

Si pudiera poder...reinventaría todos y cada uno de tus días; sería el principio de tus mañanas y el fin de tus noches.

Si pudiera atrapar la noche...tejería con las estrellas el más bello patchwork para, suavemente,convertir tus sueños en cálida realidad.

Si pudiera escoger...sería tenue brillo en tu mirada y firmeza en tus fuertes manos, para sentirme reflejada en tus ojos y estremecerme al contacto con mi piel.

Si pudiera...sería TÚ.

domingo, 1 de agosto de 2010

EL PRINCIPIO

“Todo termina de la misma forma que empezó”…esa era la idea, la suntuosa y repetitiva extravagancia que mi mente siempre se negaba a dejar partir. El deseo de regresar al principio del principio, el origen de la nada, pasaba de ser un mero sentimiento a una imperiosa necesidad, un pensamiento que rozaba en sí mismo la delgada línea de lo obsesivo, lo inalcanzable…y, cuanto más se alejaba, más sentía la urgencia de alcanzarlo, de tomarlo para mí.

El principio de mi historia como ente, como mujer, como “se desee nombrar”; un perdido momento, un lugar quizás inaccesible, un espacio siempre ocupado pero siempre dotado de libertad.

Ahora, en el recuerdo, en la cercanía que los sueños nos regalan, quisiera poder descansar en la ardiente orilla de cualquier mar, cerrar los cansados ojos y dejarme llevar, ser arrastrada y mecida por sus suaves olas, en rítmico y cadencioso movimiento, en acompasado vaivén de dulce arrullo, acompañar mi soledad con el mágico canto de divinos seres que -en su impenetrable profundidad- oculta a los ojos de los indignos.
Quisiera volver al lugar donde los labios cultivaban hermosas perlas solo para mí, donde un imposible sueño era capaz de materializarse tan solo con pensarlo, donde los segundos se transformaban en teoremas dotados de vida propia, donde el corazón no era mero músculo contraído de dolor sino receptáculo de esperanza.

Quisiera soñar con una mirada limpia, de joven corazón; aquella que siempre existió y que ahora yace mustia, descolorida, desconsolada, y cansada, tristemente cansada. Quisiera volver a aquel lugar donde la mirada no se perdía entre la oscura neblina, donde las imágenes devueltas a la mente eran claras e inequívocas, donde un beso era muestra sincera de amor, donde todo era claro y conciso, donde Yo era eso; solo Yo.

Y…todo termina como empieza; como imperiosa necesidad, como inalcanzable deseo, como anhelante súplica…regresar a mi principio, a mi origen, a Mí.