camina por la senda de mi ser,
prueba el néctar de mi boca,
navega por los ríos de mi alma.
Mírame, soy tu paisaje; el reflejo de tu deseo,moldea mis valles, mis montañas, a tu antojo y voluntad.
Construye con tus besos el relieve de mi cuerpo,
dale forma y convierte tus caricias en trémula carne,
llena de deseo el cauce de este río que gime de placer.
Él, a cambio, promete ofrecerte toda su frescura,
sus ansias de vida, su calor y su candor.
Perfúmate con el olor de sus bellas flores,
sáciate del dulce néctar que, en dorada copa, se te ofrece,
bebe de sus exquisitos jugos, bebida de dioses como tú.
Piérdete en el misterioso silencio de sus bosques,
inventa en él nuevos sonidos con tu deseo, tu éxtasis de placer,
cierra tus bellos ojos, objeto de mi desvarío.
...y suéñame; una y otra vez,
sin descanso, con locura,
vive dentro de ellos por siempre,
conviértete en prisionero de amor y lujuria.
...¿Te atreves?...
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