jueves, 23 de septiembre de 2010

SIEMPRE TÚ

Me incrustaría en cada poro de tu piel para vivir todas y cada una de tus sensaciones, para poder percibir mis suaves caricias a través de tus sentidos y poseer tu cuerpo sin limitaciones.

Me transformaría en elegante nota para convertirme en melodía robada a la noche y ser partícipe de madrugadas de complicidad bajo el amparo de clandestinos espacios; fiel refugio de extasiados enamorados.

Me perdería por tu tentador cuerpo buscando rincones en los que llevar al extremo el deseo que me consume.

Me dormiría al calor de la desbordada pasión, entre el recuerdo de los dulces momentos y el cabello alborotado, entre la brisa fresca y tus amantes caricias, entre tu cálida alma y la luz de tu mirada, entre el arrullo de tu voz y mi amante sonrisa, en inocente beso que todo lo dice y no dice nada.

martes, 7 de septiembre de 2010

EL COMIENZO


Unos pocos días; solo un pequeño suspiro en la vida para acoger a un variado ramillete de temblorosas caritas que miran con recelo. Mentes abiertas a la sorpresa, inocentes corazones ávidos de sonrisas, pequeñas manos que te ofrecen la bella experiencia de aprender y educar.
En tan pequeño espacio de tiempo no puedo dejar de añorar a ese pequeñito grupo de niños-ya mayores- que comienzan su nuevo camino lejos de mi protectora mirada.
Para ellos, nació del corazón estas reflexiones en el día de su despedida y, hoy, deseo compartirlas con vuestras sensibles almas.
Espero que traspasen la barrera de la razón...

"Les miro a los ojos, dulcemente, con infinito embeleso, en meditado silencio y diminutos rostros surgen aleteando en la mente como alegres mariposas en fértil jardín.
Rostros salpicados de pícaros hoyuelos que, divertidos, observan al afanado adulto que por primera vez les habla.
Rostros dulces y tiernos, que reflejan sin pudor la sorpresa de un mundo nuevo y desconocido.
Rostros repletos de angustia y llanto, incapaces de contener tanto miedo en su interior.
Rostros que ya forman parte del extenso equipaje cargado en el camino, formando un bello collage en lo más hondo del corazón.

Tres años de experiencias, de ajetreadas y bulliciosas mañanas, de penas y alegrías; tres años en los que revivir la satisfacción de una sincera carcajada, sentir la bonita humildad de compartir volteretas y divertidos juegos, vivir maravillosas aventuras al abrigo de las palabras, encontrar en sus ojos la magia del saber; volver a ser los niños que tiempo atrás fuimos.
Tres años de enseñanza y también de aprendizaje porque a su lado comprendimos…
Que la esperanza no solo se viste de verde, sino también de roja sonrisa, de blancas manos y de ojos de miel.
Que el silencio es un secreto compartido a voces; las miradas, bellos espejos que muestran la intensidad de sentimientos vividos.
Que la amistad se construye con enfatizado empeño, en el día a día, entre demoledores abrazos y besos de consuelo.
Que la empatía no se enseña; se aprende a manos llenas, a través del joven corazón que no sabe de rencores ni rencillas; que no distingue entre raza, color ni creencia.
Que nuestra imaginación tiene mil caminos para llegar a su meta-su conocimiento- y que el esfuerzo se ve gratificado en el aprendizaje.
Que el tiempo se mide en sensaciones y experiencias vividas, donde un solitario minuto puede convertirse en amarga eternidad y una larga mañana en alegre instante.

…Y todo esto, nos lleva a entender que el futuro solo lo puede cambiar la bondad del presente; la dulce inocencia de los bellos ojos que ahora nos miran."