miércoles, 30 de junio de 2010

PROMETIDO


Prometo firmemente asir mortífera daga, empuñar certera espada y protector escudo y caminar sin descanso luchando en el camino por los sentimientos ansiados en el largo transcurrir de los años vividos. Defender mi sueño, mi vida, mis ilusiones, con ahínco, sin descanso, poner a salvo los días que me quedan por vivir.

Prometo descubrir la sinceridad de la sonrisa amiga, encerrar la hipocresía de la juventud, plantar cara a la ignominia, la infamia, al desprecio, a la ofensa, emerger la verdad por encima de todo y de todos, arrancar la cruel y fingida máscara de la falsedad y la astucia, echar a volar la verdad y los sentimientos al cálido cielo.

Prometo redescubrir la vida a través de los bellos ojos que, un día, me fueron regalados, sentir con la ilusión de aquellos que ya no están, infundir a mis actos el valor y el coraje que quedaron enterrados en los crueles pliegues de sábanas blancas de antiséptico aroma; prometo no defraudar a aquellos que creyeron en mí, aquellos que vaticinaron mi presente y mi futuro, aquellos que pusieron cadenas en mi corazón.

Prometo volver a perderme en los ojos que, con dulzura, me miren; recoger las migajas halladas a la vuelta de la esquina y seguir el sendero-con miedo-pero con desafiante ímpetu. Prometo encerrar bajo miles de candados el horror de los recuerdos para no olvidar cuál es mi posición en el juego más no dejar que éstos irrumpan como alazán desbocado en medio del tablero.

Prometo volver a pintar sonrisas en el lienzo olvidado, mezclar tu vida y la mía, transformar el oscuro tapiz arrinconado en la mente en impresionante escena por todos admirada; prometo recoger las frágiles huellas y guiarlas con paciencia y dulzura en la escalera que conduce al infinito.

Prometo asir la mano que, con ansia y temor, se abre ante mí, rodear con fuertes brazos las palabras y los sueños, danzar al ritmo de los deseos y ocultar los fríos cristales que resbalen sin remedio entre negros nubarrones.

Prometo nadar en aguas de vida y no cejar en el empeño.

Queda prometido

viernes, 18 de junio de 2010

HACE UN AÑO...

Hace un año que el corazón inquieto, risueño y juvenil abría las puertas del destino para, ligero, volar entre los sentimientos y así compartir la belleza del amor que colmaba su vida.
Siempre bullicioso, alegre y jovial transformaba cada palabra, cada mirada en luminosas estelas que dibujaban en soñados espacios lindas figuras en la mente plasmadas. No cabían en su pequeño espacio rencores, tristezas, ilusiones que no estuviesen marcadas con el beso de sus labios, ni miradas que no volasen al cobijo de sus palabras, no existía un deseo que no naciese de sus entrañas, ni tristeza que no curasen sus caricias.

Hace un año ya que quebró la delgada línea que separa la locura de la razón, un año en el que las ilusiones se giran para mostrar la horrenda muesca del desengaño, un año de sinrazones y sin porqués, de interrogantes y de mudas respuestas, de largas charlas que todo lo dicen pero no dicen nada, de vivir y morir.

Siempre soñó que en la vida se elige el camino a seguir y ésta le demostró que el camino es el que te elige a tí, sin atajos, sin posibilidad de volver atrás, sin báculo en el que apoyarte, ni oráculo al que consultar.

Aprendió que no basta la belleza si los ojos que te observan no se zambullen en ella, que una ilusión derriba los más fuertes muros, que el amor no mueve montañas, que existen cristales que, una vez rotos, nunca se recompondrán.

Hace un año...volvió a nacer

martes, 15 de junio de 2010

UN VIAJE A LA ILUSION

El pasado día 10 fuí con los niños y niñas de mi "cole" a visitar la vecina ciudad de Granada; una de las múltiples actividades previstas para este curso que va viendo su final.
A pesar de los testimonios de las compañeras y del relato de sus experiencias, los momentos vividos superaron todas las expectativas soñadas por mí y, por supuesto, por ellos.

Previo al día señalado estuvimos buscando imágenes y un poco de historia sobre los lugares a visitar quedando patente el interés suscitado y las inmensas ganas de aprender de "mis "pequeños alumnos.

...Y llegó el día tan esperado; el viaje se hizo de lo más ameno, cantando, charlando y contestando a las miles de preguntas que salían de sus pequeñas bocas. La primera visita; el Parque de las Ciencias, donde aprendieron que la ciencia es algo más que meros textos de los libros...exploraron, jugaron con el agua, conocieron el funcionamiento de la noria,y !hasta tocaron el piano con los pies y sus pequeños traseros!.
Visitamos un mariposario, el mundo animal y dimos un mágico paseo por el espacio.

Los contenidos explicados a lo largo de dos días en la clase tomaron forma y color en sus retinas y con sabiduría de adultos fueron contestando a todas las preguntas de las asombradas monitoras.
Y a la tarde...la visita a La Alhambra, escenario de bellos cuentos y leyendas, de luchas encarnizadas y grandiosos jardines; un escenario ideal.
Quedamos sorprendidos por la belleza del entorno, el educativo recorrido, la expectación que despertamos en el resto de visitantes, por la inigualable ciudad-fortaleza y por la pedagogía del guía que, en todo momento, supo captar la atención de los pequeños.

Pero, ¿sabéis lo que más me sorprendió?...la lección que unos niños tan pequeños nos dieron a todos; en comportamiento, en atención, en aprendizaje, en educación, en tolerancia...
Ojalá todos fuésemos como ellos...abiertos a la vida, a la verdad y al conocimiento.


Lo peor....lo poco que duró.