TÚ Y YO

Ya no tengo que inventarte una y otra vez pues hoy me lleno de tu presencia y bebo del contacto de tu piel saciando con frenesí las ansias de amor que quemaban cada centímetro de mi cuerpo.

Hoy y ahora te siento a mi lado, tan cerca que la brisa confunde nuestro aliento con dulce perfume de alados querubines sin ni siquiera percatarse que son dos almas enamoradas, únicas, especiales, diferentes pero que, en su individualidad, se necesitan como el día a la noche, como la sirena al mar, como la pluma que dibuja sentimientos en virginal papel a la lágrima que, suave, escapa de la mejilla.

Ya no tengo que pensarte pues no formas parte del pensamiento sino de los segundos que construyen con firmeza la historia de mi vida; la misma que siempre existió; la que hoy se afana con ilusionada actitud en besar la vida y abrazar la tuya; la que siempre te pertenecerá y en la que siempre vivirás.

Ya no tengo que soñarte, ni buscar dentro de mí la ilusión de tu mirada, de tus palabras, pues cada vez que mis ojos te buscan…ahí estás, cada vez que mis besos escapan…ahí te encuentran, esperando todo el amor que aún nos queda por dar.

Ya no tengo que buscarte porque siempre estuviste aquí.