miércoles, 25 de diciembre de 2013

DUEÑA DE NADA

Qué inútil resulta andar vagando entre nubes buscando el camino de nuestro destino. Miles de vivencias  juegan con nuestra mente e irónicamente nos permiten pensar que somos dueños de nuestra vida.
 
Con fingida serenidad me carcajeo de las decisiones tomadas bajo el abrigo de la cordura, pues la vida es como una ruleta que siempre me deja a las puertas del principio.
...¿Para qué buscar mi destino si es él el que siempre me halla a mí?...
 
Falsas sonrisas se elevan ante mí creciendo entre vanidosas volutas de autosuficiencia; empalagosas pero bien acogidas frases que, todo quieren decir, pero en el aire se esfuman como espirales de suspiros; increíbles falacias con sabor a dulce chocolate; tentación de mi alma; sugerentes miradas que, al cielo sonríen, quedando atrapadas en lo más profundo de mi ser...¿o es mi alma la que queda prisionera de las mismas?...
 
Bellas historias narradas, surgidas de la urgente y humana necesidad de sentirse comprendido, escuchado, amado...que, a nadie engañan pero, a todos convencen.

El mundo necesita de amistad...vivo inmerso en él..de sonrisas amigas, de olvidados abrazos y tiernas miradas. Quiero parar el tiempo; ralentizarlo para disfrutar el roce de unos dedos, de unos labios; quiero zambullirme en el océano de una mirada y descubrir sus secretos, desgranar las letras de las palabras y jugar a reinventarlas.

¿Absurdas divagaciones?...Quizás mis neuronas se tomaron un merecido descanso y me permitan expresar la subjetiva verdad de la vida y los sueños....no sé.

Solo puedo asegurar algo; hoy, al ver mi imagen reflejada en las propias pupilas, por fin me reconocí; tal cual soy, amo, siento y sufro. Hoy he comprendido donde me hallo y cuál es mi verdad, aunque quizás todo esto solo sea un extraño sueño.
 

...¿Tal vez locura?...Bendita ella.

2 comentarios:

Juan dijo...

Simplemente, maravilloso!!!

marimer dijo...

Gracias Juan; saber que no somos dueños de nuestro destino no es sino el mejor remedio para disfrutar las experiencias.
Un beso
Me alegra que te guste; es un dulce regalo en esta triste Navidad.