miércoles, 19 de agosto de 2009

EN SOLEDAD


En la triste noche de este eterno día, la luna, prudente, no quiso asomar.Escondida en las nubes, observa en silencio como un alma en pena ahoga errores en lágrimas amargas sin principio ni final.

El amor, que en ella había, dañaba su alma, su vida, su mente, marcando las horas de la cuenta atrás.

Ya no hay quimeras, verdades, mentiras, engaños del miedo que en el alma pura producen angustias lacerantes y maldad, permitiendo que la vida se escape lentamente, que ilusiones y esperanzas sin nacer, mueran ya.

Errores pasados cobraban ya vida, tomaban la forma de tristes estampas, tiempos ya vividos, momentos oscuros, soledad intuida y, en medio del caos, las almas en pena moviéndose al ritmo de oscuras palabras, odas malditas, conjuros de amor.





3 comentarios:

anonimo dijo...

Algunas veces la soledad es por COJONESSSS

Walter Portilla dijo...

No estoy muy activo, querida Merces, pero hago lo posible por no perderme mucho tiempo. Y como te dice Anónimo, la soledad depende de cada uno, y cuando el error persiste, es que hay dos que yerran, no uno. Pero hay soledades necesarias que nos limpian el alma de contradicciones y dudas. También las hay aquellas que alimentan nuestras dudas y no nos dejan, siquiera, hallar la paz que creemos necesitar.
Un beso querida Merces.

marimer dijo...

Que razón lleváis los dos.
Hay soledades compartidas, otras elegidas por voluntad propia,y otras que las circunstancias de la vida te imponen.
De todas ellas,conozco algo ya que los años vividos dan para éso y más, pero también todas ellas te ofrecen algo a cambio y "eso" es lo que hay que valorar y disfrutar.
Un beso a los dos.