jueves, 27 de agosto de 2009

¿ JUGAMOS TODOS ?


A través de las experiencias adquiridas en el desempeño de mi profesión, he venido notando- con respecto a las relaciones sociales de los juegos que los niñ@s llevan a cabo- que siempre existen algunos que quedan excluidos de los mismos, dando lugar a experiencias y sensaciones negativas que dificultan su desarrollo emocional.


En el papel o rol que yo ocupo, procuro informarme de forma fehaciente sobre las actividades que realizan y los miembros que deberían participar en ellas y, en caso necesario, formo parte activa en dicho proceso, invitando a aquellos que quedan apartados de la actividad; pues considero imprescindible que todos interactúen para que el resultado sea lo más justo posible y todos nos beneficiemos o perjudiquemos de las reglas a seguir, pues de ambas cosas se aprende en el proceso con vistas al presente y futuro.


Asimismo, debería ser ejemplo a seguir por los adultos en sus actividades más rutinarias y cotidianas, haciendo de la vida "algo" más justo, equitativo y, en definitiva, mejor.

Por todo lo expuesto, os lanzo una pregunta y una invitación:


¿ JUGAMOS TODOS......?


6 comentarios:

D´Paula dijo...

No se si se conseguirá con esta generación o con futuras. La nuestra, la de los que tenemos cuarenta y tantos, aprendimos de forma muy poco adecuada. El juego siempre era un reto, no nos conformábamos con participar, había que ganar y al precio que fuese. Quizá por este motivo exista, hoy en día, esa competencia malsana que nos enfrenta a unos y otros en un mundo de puro materialismo ydonde los fracasos hacen que sintamos cierto odio y rencor a los demás. Espero que en esta nueva educación en los valores a través de las actividades lúdicas se ponga en marcha el mecanismo de una futura sociedad más solidaria y participativa, donde el altruismo y el voluntariado en diferentes temas de la vida, sean el eje de la convivencia cada vez más, se supone, inteligente y desarrolada en verdaderos valores.
Un beso

marimer dijo...

Respecto a lo que comentas, pienso que tan importante es ganar como saber perder puesto que uno de los grandes problemas de hoy en día es la intolerancia a la frustración. No sabemos aceptar la pérdida en el juego o en cualquier otro aspecto de la vida, nos negamos a admitir la derrota o el desinterés de los demás; de ahí el aumento de casos de malos tratos y la impotencia e incapacidad de los adultos ante la educación de los niños "difíciles".
Aún así, seguiremos intentándolo; es mi trabajo y mi vocación.
Un beso, D´Paula.

JORGE dijo...

Estoy de acuerdo. Fomentar la participación, la comunicación,el entendimiento con el otro son las bases de un eficaz entendimiento de las relaciones humanas. Muchas veces hay más riqueza en la soledad del perdedor que en la gloria del ganador. No por ello la realización personal es mayor.
Afortunados los peques que tengan la fortuna de contarte entre las personas que, un dia, moldearon su alma. Seguro que siempre llevarán prendida tu huella.
Un saludo.

Anónimo dijo...

es cierto.. pero es mejor que los niños no crezcan condicionados por adultos que tratan de que se integren interviniendo ellos..

los niños han de aprender a ver el mundo tal y como es sin interpretaciones y cómo son ellos ante el mundo.
En realidad los niños que peor salen emocionalmente son los que son abusados por hermanos o bien por adultos o los que tienen padres severos...

lo demás da igual porque todo parte de ello...
si la madre dice a la niña que es tímida,, la niña siempre será timida.
si se lo dice un niño del cole y la niña tiene unos padres saludables y que dan cariño y estima no hay tanto problema,., la niña aprenderá sola a defenderse.

marimer dijo...

Bienvenido Jorge a ésta tu casa, ya era hora de que me encontrases.
Me halagan tus palabras, aunque bien es cierto que solo somos una pequeña parte en la educación de nuestros pequeños y ésto hace, en algunos casos, que no reciban todo lo bueno que nosotros querríamos para ellos.
Un beso
Te espero "atrapando ilusiones"

marimer dijo...

Anónimo, llevas razón; quizás no me expresé todo lo claro que debiera.
Los maestros no imponemos las normas a seguir, ni condicionamos forzosamente las conductas.
Nuestra función, al menos yo lo considero así, es dotar a través del juego y otras actividades, de mecanismos y estrategias de resolución de conflictos que el niño va adquiriendo con el tiempo; asímismo lo educamos en el cariño y el respeto a tod@s para desarrollar su educación socio-emocional.
Por supuesto que la familia influye, sino todo, bastante. Lo sé por experiencia y, en algunos casos, poco se puede hacer.
Es también cierto que, mi generación lo tuvo más fácil pues la relación con los iguales era más continua y más rica, y solucionábamos nuestras rencillas solos, pero ésto hoy en día es más complicado pues mucho han cambiado los timpos y costumbres.
¿Quién no se acuerda de esas tardes de juegos en la calle?, ¿quién de esos veranos hasta bien pasadas las 12 con vecin@s en la puerta, desde muy corta edad?
A mí me hubiera gustado que mis hijas hubiesen vivido en mi época, y a ellas también.
El tema de los adultos es diferente, ¿no crees?. Actuamos sin pensar (o sin importarnos) si con nuestra conducta, hacemos daño a terceros.
Un beso y gracias por estar en este humilde blog.